Proseguimos el viaje acompañándote con una nueva entrega, para seguir entrenando la práctica de Mindfulness en tu día a día.  

Confiamos que nuestro anterior post y nuestro video , te hayan permitido conectar con la herramienta más regeneradora que tienes a tu alcance:  ¡TU RESPIRACIÓN CONSCIENTE!

El Mindfulness, se puede realizar desde la práctica formal, sentado en una silla, en un zafu o cojín, en un banco de meditación o tumbado sobre una esterilla, y también. Y también desde la práctica informal, que comprende llevar nuestra atención plena y consciente a cualquier experiencia, actividad o tarea que acontece dentro y fuera de ti, en tu cotidianeidad, lo que te permite marcar la diferencia en tu respuesta.

La práctica del mindfulness emplea la respiración como uno de los objetos de atención, y gracias a centrar la atención en ésta, somos capaces de ver un día ajetreado desde otra perspectiva.

Y en el post de hoy, queremos proponerte un ejercicio para que desarrolles tu capacidad de entrenar tu reactividad a las circunstancias cotidianas que actualmente estamos viviendo, y en muchas ocasiones nos desestabilizan y sacan lo peor o lo más desagradable de nosotros mismos.

Cuando la situación te suponga un reto o desafío, generándote cierta incomodidad  desagradable :

  • reunión virtual con una personas con la que sueles no entenderte
  • planificarte el día para conciliar trabajo y niños
  • prepararte para la compra (con guantes, mascarilla, desinfectante)
  • preocupación por tu  familiares o amigos y mascota
  • cocinar, recoger, limpiar… y vuelta a empezar
  •  el organizarte para ser el “profe” de tus hijos y jugar con ellos
  • …. y vas acumulando la sensación de una agenda abarrotada de tareas no elegidas, y que sin embargo, debemos realizar.

Aparece entonces pensamientos dudosos y mi estado se convierte en:

  • “estoy que me subo por las paredes”
  • “no me da la vida”,
  • “el confinamiento es agotador”
  • acabo metiendo al niño en la lavadora, etc….

Vamos a realizar una secuencia de 3 pasos, que intercala la herramienta que ya conoces de la “respiración consciente” donde llevamos de forma intencionada la atención al acto de introducir el aire por nuestro sistema respiratorio como punto de partida, y posteriormente, dirigimos la atención a otras cuestiones de nuestra cotidianeidad.

(1) 1er PASO, consiste en preguntarte ¿Qué grado de compromiso tienes contigo mism@ sobre la predisposición a mejorar tu calidad de vida y tu bienestar?.

Con el fin de que tu respuesta surja sin condicionamientos, te invitamos a que realices 3 minutos de respiración consciente, observando qué quieres para los próximos meses. Por favor, tómate tu tiempo, haz una pausa, puedes ayudarte con la alarma del móvil.

Ahora, inspira y expira con calma, percibe con atención cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales hasta llegar a los pulmones e incluso tu abdomen. Y cuando ya estés preparad@, reflexiona sobre en qué grado quieres mejorar tu bienestar, y qué estás dispuest@ a hacer para conseguirlo. Quizás sientas que hay muchos impedimentos u obstáculos, y se te haga “cuesta arriba”, pero si tienes la voluntad firme de priorizar tu calidad de vida, harás de manera consciente todo lo que esté en tu mano.

Tanto si crees que puedes o que no puedes,

estás en lo cierto. Henry Ford

(2) 2º PASO, consiste en identificar aquellos momentos del día en que me siento más vulnerable. Piensa en esos momentos en que respondes desorbitadamente y ello, te genera malestar interno (enfado, rabia, frustración, desmotivación, etc… y también externo con tu entorno.

Para ello, volvemos a nuestra respiración consciente, y vamos a poner el cronómetro a 5 minutos. Ahora re-conectamos con la calma que te produce el inspirar y expirar, hazlo unas 15 veces, y posteriormente, pon atención a aquello que perturba tu equilibrio en tu día a día.

Escribe de qué te has dado cuenta, y anota todas las ideas, personas, situaciones, emociones, etc., que han aparecido y déjalas en un lugar donde sea visible fácilmente para ti… en tu cartera, tu agenda, tu móvil, un post-it en tu ordenador, o en tu escritorio. Escribe nombres claves para que sólo lo entiendas tú, y sepas de qué se trata con solo mirarlo.

(3) 3º paso, ya reconoces lo que incendia tu reactividad y ahora vamos a focalizarnos en potenciar TU MINDFULLMOMENT, es decir, el ser conscientes de cómo transcurre tu día por dentro y por fuera. Como ya tienes identificados las “cosas” que te hacen perder tu equilibrio y seguramente también en qué momento del día suceden (a primera hora de la mañana, a media mañana, por la tarde, al llegar a casa, etc.), nos vamos a preparar ENTRENANDO NUESTRA SERENIDAD.

Inspira y expira, tomando conciencia de cómo te sientes, sólo observando lo que sucede en tu interior, sin negarlo, aceptando y al mismo tiempo inspirando y expirando, como si tu respiración fuese el vaivén de las olas, dejándote mecer por la quietud del momento.

Como sabes, cuánto más repitas esta secuencia, se afianzará, integrándose en tu rutina y en tu cuerpo, y se convertirá en un hábito automático, muy beneficioso para reducir tu estrés y ansiedad, y mejorar así tu calidad de vida.

Recuerda MINDFULLMOMENT

1- Respira Conscientemente y Profundamente (3 minutos)

2- Alíate con tu mente, y organiza tus tareas por orden de importancia/urgencia

Esperamos que te sea de utilidad esta práctica informal de Mindfulness para aquietar tu estado emocional y planificar tu agenda de manera consciente.  

Nos encontramos de nuevo el martes con un vídeo.

Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso

La respiración consciente se mi ancla. Thich Nhat Hanh

Comparte este contenido...