Cuando vivimos en tiempos cambiantes (entornos VUCA) donde el resultado depende de que te me muevas con rapidez y destreza, nuestro piloto automático se activa para poder asegurar alcanzar todo aquello que te propones.

¿Cómo puede ayudarte la práctica de mindfulness a conservar la serenidad y mente atenta que necesitas? Muy sencillo, poniendo especial atención en tus momentos de autocuidado y de recarga vital, a través de la herramienta más poderosa que posees: la RESPIRACIÓN CONSCIENTE.

Respirar para conectar con la calma y la serenidad, te ayudarán a entrenar el no precipitarte en la acción, y fijar tu atención en ser más consciente de tu reactividad en tus experiencias diarias, con el objeto de detectar si estás en disposición de seguir del mismo modo y al mismo ritmo, o por el contrario, cada experiencia que transcurre se te hacer más pesada y difícil de llevar a cabo.

Por ello, compartimos contigo un vídeo con una práctica meditativa guiada para que desde el primer momento del día puedas entonar tu mente hacia el lado positivo de tus experiencias vitales, y conseguir un estado mental de concentración y serenidad eficiente para el desarrollo de tu día.

Si dejas de estar presente a lo que está sucediendo en cada momento, dejándote llevar por una mente en estado compulsivo, conducirás a tu cuerpo a límites de fatiga y ansiedad superiores a los que sanamente debería soportar, acabando exhaut@ y sin control sobre tu realidad.

Cuando tu mente impulsiva y de piloto automático están en acción exagerada y con prisa de terminar las tareas, se dispersa de las prioridades importantes, y sucederá que no encontrarás ni un solo minuto para:

  • hacer una pausa consciente y recobrar fuerzas para seguir
  • ser consciente de tu estado emocional y tus sensaciones corporales de cansancio y/o estrés
  • pararte a pensar y reflexionar cual es la manera más óptima de hacerlo
  • dar un paso atrás para observar la situación desde otra perspectiva que me facilite nuevas oportunidades de solución

Cuando te permites realizar una práctica meditativa de respiración consciente de tan solo un par de minutos, y la repites a lo largo de tu día, te estas dando permiso para: tomar perspectiva, ampliar la visión del problema, alejarte de tu mente compulsiva, y como resultado de ello, conseguirás los mismos resultados o mejores, pero sintiéndote mejor y menos exhausto.

Dedicar espacios de respiración conscientes a lo largo del día te ayudará a recuperarte del ritmo frenético del piloto automático, y a establecer otra relación con el presente, con el aquí y ahora, que por otro lado, es el único tiempo sobre el que puedes intervenir.

Saber reconocer lo que nos sucede (sensaciones, pensamientos, emociones, percepciones), nos facilita alejarnos del «ojo del huracán», del automatismo y del descontrol, y en su lugar, nos damos permiso para valorar la situación con más pausa e identificar nuevas potencialidades.

Recuerda que tú dispones de la capacidad de elegir cómo hacerlo, sólo hay que entrenar las herramientas que vamos poniendo a tu alcance.

La meditación es el nuevo dispositivo móvil: se puede usar en cualquier lugar, en cualquier momento, discretamente

(Sharon Salzberg)

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