Se acerca el verano y el calor, y nuestras mentes se aceleran de entusiasmo pensando en ello y construyendo miles de planes que aún no sabemos si podremos llevar a cabo. Las noticias nos dan aliento y esperanza y al mismo tiempo, nos fomentan la incertidumbre del cuándo.

Estamos viviendo en lo que se conoce como entorno VUCA, acrónimo creado por la U.S Army War College para describir la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad del mundo surgido tras el fin de la Guerra Fría. El término comenzó a utilizarse de forma generalizada en los años 90, aflorando de nuevo en el 2007-2008, y actualmente se ha hecho más patente con el covid-19.

Vivimos en un mundo globalizado, donde se nos pide una velocidad de cambio, reacción y adaptación de manera constante y prolongada en el tiempo, apoyado en nuevas tecnologías que supuestamente nos facilitan la tarea. Esta situación conduce a nuestro cerebro a recibir una sobreinforma-ción permanente que no es capaz de gestionar en tiempo real, por eso, aparece el famoso piloto automático, para ayudarnos a ahorrar energía y permitirnos afrontar de la mejor manera posible el día.

Nuestro cerebro recibe más de 11 millones de impactos de información que recoge a través de todos nuestros sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto), de los cuales, procesa de manera consciente 50 bits por segundo. Lo cual significa que, el resto de la información la procesa mi cerebro inconsciente.

Cuando no somos capaces de procesar toda la información de manera consciente, entonces emerge en la persona estados de desorientación, estrés, ansiedad, frustración, agobio, etc…y un sinfín de emociones diversas que a la mente le cuesta asimilar. Por ello, es básico y fundamental que tengas tus propias herramientas para reconducir tanto tu mente inconsciente como tus emociones menos agradables: Mindfulness es la clave.

Te invitamos que en este momento de la lectura a que realices una respiración consciente de al menos 3 minutos, incorpora tu momento pausa consciente, con la técnica SOS: Stop, Observa y Sonríe.

A nuestra mente le cuesta adaptarse a los cambios, vive en base a sus expectativas y en base a lo que espera encontrarse. Es su manera de sentir control sobre la situación, y generar un sentimiento de seguridad que no protege de la incertidumbre. Nuestra mente se resiste a los cambios que no comprende, y se apega a la situación anterior, generando lucha interna y en muchos casos también lucha e irascibilidad con las personas del entorno.

Ese apego, es lo que impide, observar las situaciones con mente de principiante o aprendiz, dejando al margen los juicios y prejuicios preestrablecidos, así como el ansia de querer volver a la meta anterior. Sé amable contigo mism@, y permítete aceptar lo que está sucediendo tal cual ocurre, activando así tu mente más constructiva y creativa, para afrontar la actual realidad de una manera más sana y satisfactoria.

Otro de los principios básicos importantes para incorporar de manera sencilla en la práctica meditativa minfulness es el principio de “NO apego”, que  contribuye a no aferrarse a nada y aprender a soltar aquello que ya no nos beneficia ni a nosotros ni a nuestro entorno.

Significa ir más allá de la mente racional y obsesiva, que se apega a nuestros pensamientos, emociones, situaciones, objetos, personas, etc… porque es lo que conoce. Nuestra mente prefiere mayormente lo “malo” conocido que los “bueno” por conocer, no le gustan los cambios que pueden conllevar riesgos reales o irreales que incluya la posibilidad de perder o retroceder respecto a la situación actual.

Te invitamos que mediante una práctica meditativa Formal, indagues cuáles son esos apegos más intensos que forman parte de ti y de tu realidad.
  1- Conecta contigo y con tus sensaciones a través de la respiración consciente, inhalando y exhalando al menos durante 5 minutos, y observando única y exclusivamente el ir y venir de tu respiración.
  2- Siente tu cuerpo, y recorre cada área del mismo para ser consciente de cualquier sensación que emerja de él, obsérvala, no luches contra ella, no trates de modificarla… sólo observa
  3- Indaga ahora en cuáles son tus apegos, reflexiona sobre las siguientes preguntas u otras similares:

… ¿Con qué personas te tienen emocionalmente anclad@?
… ¿Qué pensamientos sientes que no te dejan avanzar?
… ¿Qué ideas preconcebidas te están generando sufrimiento?
… ¿Qué personas te producirían tristeza si se alejaran o se fueran?
… ¿Qué objetos o posesiones crees que te representan?
… ¿De cuáles te costaría desprenderte?
… ¿A qué contribuye este apego?
… ¿Qué consigo al mantenerlo?
… ¿Quiero deshacerme de él?

4- Tras la reflexión y ese “insight” o “darte cuenta”,amable contigo, y cuidados@ para acoger lo que estas sintiendo… puedes tocar tu rostro con tus manos, por ejemplo, o acariciarte el brazo, …

No te juzgues y trata de no calificar esto que estás experimentando como bueno o malo, o de agradable o desagradable… Tan sólo observa, acéptalo tan cual sucede, y sé consciente de lo que ha aflorado para modificarlo en otro momento, más adelante si así lo quieres.

Sé comprensiv@ contigo mism@ y permítete aplicar la mente de principiante a esta situación, activando la curiosidad y posibles nuevos aprendizajes que no habías detectado. Esta nueva forma de hacerlo te permitirá activar tu parte más creativa, que es capaz de observar, analizar y tener en cuenta variables que anteriormente con el apego, te resistías a ver.

Próximamente, un vídeo #MindfulnessBienestar5-práctica, donde te mostraremos más forma de rebajar la ansiedad y estados emocionales intensos.

Conviértete en el observador silencioso
de tus pensamientos y tus comportamientos.
Eres la calma detrás del ruido mental,
el amor y la alegría detrás del sufrimiento. 
Eckhart Tolle




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