Seguimos profundizando con la mente de aprendiz, para conocer los elementos claves y poder aplicarla de manera sencilla.

En el artículo anterior post #MindfulnessBienestar4, hemos mencionado este principio de la mente de aprendiz como uno de los pilares fundamentales para aplicar cuando hacemos meditación consciente.

Nuestra mente cataloga y etiqueta cada nueva situación, acomodándolo al patrón generado anteriormente durante tu experiencia vital, quiere decir, que todo lo que se asemeja, le pones la misma etiqueta, en función de si es más o menos agradable, si te resulta más o menos gustoso, etc…

De modo, que cuando una situación se nos repite de manera recurrente, y ya le he puesto una etiqueta, por ejemplo “que tedioso me resulta este informe”; “que aburrida es esta reunión”; “estoy agobiad@con esta situación”, etc… En el momento que aparece de nuevo la misma situación, o alguna que se le asemeje, ése es el estado mental, corporal y emocional que se reproduce de manera automática, el que asocia tu mente al recuerdo de lo vivido y experimentado.

El piloto automático tiene una funcionalidad de contribuir al ahorro de energía de tu cuerpo y tu cerebro, por ello en muchas ocasiones es positivo y efectivo. Cuando eres consciente de que lo aplicas para ganar en rapidez y efectividad, ese “insight o darte cuenta” te acerca un poco más de la atención plena (presencia) y te aleja un poco más del estado de dispersión (despistes o omisiones).

Te proponemos te pongas las gafas de principiante, o de observador que lo ve todo por primera vez, desde tu respiración, tu familia, tus compañeros de trabajo, una situación agradable, una problema que se te resiste,… aplicando la siguiente secuencia:

(1) Aléjate del automatismo, tomando conciencia de las sensaciones corporales que afloran y de cómo oscila tu respiración
(2) Observa todos los detalles como si fuera la primera vez, y elimina juicios de valor y certezas previas que ya puedas tener
(3) Imagínate que eres un marciano que llega a la tierra ¿qué diría? ¿en qué se fijaría? ¿toma valor algún detalle en el que no te habías fijado previamente? ¿Puedes explorarlo sin asemejarlo a nada conocido?
(4) Sé consciente de lo que sientes y reconócelo, y acéptalo sin más aunque no te resulte agradable (ello no quiere decir que no harás nada con ello)
(5) Suelta la emoción y disuélvela como el agua que fluye por un río y se renueva en cada momento.
(6) Sé consciente de tus recursos y de cómo aplicarlos de una manera más creativa para hacer la experiencia más novedosa.

Esperamos que te haya gustado. Comparte con nosotros cualquier duda que te pueda surgir y estaremos encantadas de resolverla.

Mi experiencia es que

muchas cosas no son tan malas

como pensé que serían.

Mary Doria Russell

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